Algunos de los beneficios que obtendréis las empresas son:

• Desarrollo de nuevos modelos de negocio, ofreciendo la posibilidad de crecer a aquellas empresas cuyas capacidades se adapten mejor y más rápido a esta nueva regulación.
• La circularidad crea nuevas oportunidades para las empresas reparadoras o enriquece las operaciones de marketing y ventas gracias a las experiencias de los clientes relacionadas con la reparación o reutilización, entre otras.
• Aumentar la confianza de los consumidores a través de la transparencia de las empresas y los productos, siendo muy positivo ofrecer información extra a los consumidores.
• Validar las afirmaciones verdes para evitar estrategias de marketing poco éticas como el greenwashing.
• Protección del consumidor, garantizando los estándares de calidad y sostenibilidad.
• Garantizar el cumplimiento de la normativa. La obligación de las empresas de comunicar esta información va a legitimar y controlar su cumplimiento, y estos datos serán fácilmente rastreables y accesibles por las autoridades.

El Pasaporte Digital de Producto de la UE se va a compartir con los consumidores mediante códigos QR que etiquetarán la siguiente información:

• Fuentes de las materias primas, para concienciar sobre el impacto medioambiental asociado a la extracción y gestión de las materias primas.
• Diseño, basado en el ecodiseño para alargar los ciclos de vida de los productos y minimizar la extracción de materias primas y la huella medioambiental de la fabricación. Además, se consideran aspectos como la durabilidad, la modularidad, la reparabilidad y el desmontaje al final de la vida útil para su reciclaje como puntos clave.
• Fabricación como proceso que afecta significativamente a la huella medioambiental de un producto, contribuyendo a la contaminación y a las emisiones de gases de efecto invernadero e implicando a toda la cadena de suministro.
• Distribución en las importaciones, lo que conlleva importantes emisiones de carbono asociadas al transporte.
• Circularidad, promoviendo prácticas como la reparación y la reutilización, claves para reducir el impacto medioambiental y asumir la responsabilidad de consumidores y empresas, que deben aportar datos sobre cómo alargar el ciclo de vida de sus productos.